TUVE QUE DARME CUENTA
Me tuve que dar cuenta, que el pueblo
es otra cosa,
que la idea de amar es otra,
que el verso no va junto al hambre
de los despachos.
Me di cuenta, o quizás ya lo sabía,
que es mejor irse por la puerta grande levantando la cabeza,
que seguir siendo esclavos
de los sillones
Me di cuenta desde el primer día,
pero quise darme cuenta aún equivocándome
el ultimo día.
No se nos compra,
ni con el dinero,
ni con el hambre,
ni con la codicia,
ni la envidia,
ni los insultos,
ni con la manía de atacar
a quien no es el culpable,
si no el utilizado
por los que hay detrás.
Esa es la peor miseria,
la mejor honra
es quedarse como es uno.
Dormir, dormir, bien
que ese el mejor placer
por conseguir.
Hacer ...hacer el amor, que es el mejor momento
del abrazo o la lengua.
Callar. Callar un abrazo en medio
de la lágrima.
El resto es simplemente,
la mediocridad
que escampa a sus anchas,
luego consigue ser
el desecho de tanta mentira.
Vivimos entre estercoleros,
entre vertederos de basura
menos mal que me ducho todos los días,
y la conciencia le gusta ser un ser lavable, por si acaso
la secuestran.
Isabel Rezmo- España
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